Y exitosos, dicho sea de paso, aunque la fama le supusiera críticas por parte de los jazzistas más ortodoxos, que lo acusaron de venderse al mercado, especialmente a partir de 1950. En todo caso, su discográfica, la luego todopoderosa Capitol Records, le debió a sus ventas gran parte de su expansión, hasta el punto de que muchos la conocían como “the house that Nat built” ("la casa que construyó Nat"), en alusión a la famosa canción infantil anglosajona, “The House That Jack Built”.
Seguramente, muchos de vosotros ya sabréis esto, y es que Nat “King” Cole fue increíblemente popular en la España de finales de los años cincuenta y buena parte de los sesenta. La causa fue la edición de tres discos cantados en español. Aunque iban principalmente dirigidos al público latinoamericano, hicieron furor en nuestro país, para regocijo de un régimen que aprovechó la cosa por arte de birli birloque para reivindicarse interiormente (imagináos: un americano canta en español ¡volvemos a ser alguien en el mundo!).
Por si lo anterior no os lo creéis, preguntad a vuestros padres, o a cualquier persona que ronde o sobrepase un poco los 60, sobre qué baladas triunfaban en los primeros guateques. Con suerte, os cantarán aquello de “ansiedad, de tenerte en mis brazos, musitando, palabras de amor…”
En 1962, pocos años antes de fallecer, lanzó un disco junto al pianista británico de jazz George Shearing, otro caso de gran músico ciego. En él se incluía uno de mis temas preferidos, este Let There Be Love (atención al estupendo piano a medio camino entre el jazz y el blues), y que llegó a ser un éxito en el Reino Unido inmediatamente anterior al fenómeno beatle. Los tiempos estaban a punto de cambiar, a pesar de que aún le quedaban unos cuantos guateques por delante a los discos del bueno de Cole…
Nat King Cole – Let There Be Love (por Spotify)Letra de la Píldora.
Hasta la proxima.
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