Imperecedera a todas luces, la canción de hoy -que habréis reconocido nada más cargar la página- tiene la rarísima virtud, reservada a unas pocas, de aunar en sus gustos tanto al gran público como a los militantes rockeros más irreductibles. Lo cual la convierte en una obra maestra del rock, no ya de los setenta, si no de todos los tiempos.
Aunque como single fue lanzada en 1977, mismo año en que conseguía el número uno, se dio a conocer en el espectacular álbum del mismo nombre lanzado en diciembre de 1976. Aquel disco, además del tema de hoy, incluía otras joyas como New Kid In Town -otro número uno- o Life In The Fast Lane, que "sólo" escaló hasta el 11. Su impacto fue tal, que estuvo a punto de convertirse en el disco del año, privilegio que le robó otro gigantesco álbum, Rumours, de unos Fleetwood Mac ya en plena etapa americana. Como pequeña venganza, el single sí que se llevó el título de mejor canción de 1977.
Mucho se ha dicho sobre la letra de Hotel California. Una de las historias más recurrentes fue la de su carácter satánico (!), difundida por algunos ultras evangelistas. En realidad, iba de algo mucho más prosaico: el consumo de drogas y la vida sibarita y decadente que algunos personajes llevaban, y que apuntaba al mundillo discográfico norteamericano de finales de los setenta.
Muchos coincidiréis en que uno de los puntos fuertes de la canción es su largo y bellísimo solo de guitarra final, una obra maestra compartida por Don Felder (el individuo del guitarrón de dos mástiles en el clip) y el virtuoso Joe Walsh (el del pañuelo pirata), que por entonces se había incorporado a la formación californiana. La verdad es que aún hoy, algunos de sus pasajes siguen poniendo la piel de gallina.
Una sensación de buen rollo con la que espero que terminéis la semana... e iniciéis la que viene. Hasta la próxima, pildoreros.
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Chapeau!
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