Una de las mejores canciones de la historia del rock duro: esta es la mejor definición que se puede hacer de Highway Star. Porque se sea heavy o no, es indudable que estamos ante un tema al que, en sus más de seis minutos, no le sobra ni una sola nota. Y eso que incluye nada menos que dos solos, uno de ellos... de órgano.
Paradójicamente, para ser una de las canciones seminales del hard rock -para muchos se trata de un antecedente del que luego sería llamado speed metal- nunca fue lanzado como single. Como muchos otros grupos de los años setenta, Deep Purple planteaba sus álbumes como unidades de promoción en sí, mucho más allá del tradicional concepto de LP basado en la agrupación de uno o varios singles de éxito junto a numerosos temas de relleno. Así que nuestro magnífico tema se quedó sin su pequeña parcela de fama en listas.
Sin embargo, partiendo de lo anterior, ¿cómo llegó a ser un tema tan conocido? La causa hay que encontrarla en su inclusión dentro del histórico álbum de 1972 Machine Head, uno de esos que caen en todas las listas de discos "imprescindibles" habidas y por haber. De aquel álbum cargado de buenísimas canciones sólo se sacaron dos sencillos, uno de ellos otro clásico absoluto, Smoke On The Water. No hizo falta más: alcanzó el primer puesto de las listas de LP's británicas, y el séptimo de las estadounidenses.
Personalmente, si tuviera que quedarme con alguna parte del tema de hoy sería con su espectacular sólo de órgano. En él, el teclista John Lord, de orígenes y aires sinfónicos, consiguió lo que parecía imposible, aunar el sonido clásico (el grupo llegó a decir de la canción que había querido tener un estilo a lo Bach) y una potencia extraordinaria propia del más acerado rock duro. Con todo, también os recomiendo prestar atención al magnífico solo de guitarra del ínclito Ritchie Blackmore.
He de advertir para los no iniciados en el tema de hoy (si los hubiera), que el vídeo recoge un directo en Copenhague en 1972. La actuación es soberbia, aunque en algunos pasajes de los solos se toman ciertas lógicas licencias. Si queréis escuchar la canción tal y como quedó en estudio, el vínculo a Spotify os será más recomendable... o bien las decenas de montajes fotográficos caseros que campan por Youtube. Vosotros mismos.
Y aquí os dejo a solas con este monstruo. No os preocupéis demasiado si no entendéis la letra: nunca fueron el fuerte de los Deep Purple, así que afinad vuestro inglés mejor con otra cosa. De todas formas, por si tenéis alguna curiosidad al respecto, la canción está dedicada a un coche que, por lo visto, corre que se las pela. La hostia lírica, vamos. Menos mal que, por lo menos, musicalmente se marcaron todo un diez.
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
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