Este mediodía he visto una noticia en televisión según la cual cierto monumento en Galicia, inaugurado hace unos cuatro años, estaba abandonado y destrozado. Debo admitir que la información me conmovió: más allá de los 60.000 euros que había costado (¡para un montaje que decían que era "temporal"!) aquella estructura volcada sobre el suelo y deshaciéndose en un vertedero se había inaugurado con un preciso simbolismo. Representaba el poder del pueblo en la democracia. Muy gráfico.
En estos tiempos de crisis es muy frecuente escuchar cómo la opinión que despiertan los políticos se degrada día a día. Para mí, que la sigo desde un poco más adentro que desde la barrera (aunque sin haber llegado a coger la alternativa), ello me deprime muchísimo. Resulta que en vez de generar más confianza y ejercer de líder en tiempos difíciles, la figura del político se asocia cada vez más a aquella tristísima máxima según la cual, el que sirve, al trabajo, y el que no, a la política.
Por supuesto, lo anterior sólo es culpa de una parte del personal que campa en política. Ciertamente, abundan los oportunistas y caraduras, y existe más de un caso de amigos de lo ajeno. Y también hay gente de diez, esa mayoría esforzada y con vocación de servicio público, pero que queda eclipsada en el día a día. ¿La solución? En un mundo ideal, no deberían mantenerse al margen de la política los capaces y honestos. Antes bien lo contrario, deberían erradicarse de manera implacable y feroz todos los que la indignifican con sus actuaciones y dejar su espacio para los primeros. Su castigo: la prohibición perpetua para el ejercicio de lo público. En un mundo ideal.
El tema con el que he querido ilustrar lo anterior es uno de esos que ponen los pelos de punta al escucharlo. En 1971, los británicos Ten Years After estaban en la cresta de la ola, y su rock duro de aires blues colaba disco tras disco en el Top 40. Aquel año sacarían el que terminaría siendo su mayor hit, I'd Love To Change The World, una poderosísima balada de utopía y de desesperación.
Pero no quisiera terminar con esta última idea. Entre todos, podemos cambiar el mundo. Pero no puede faltar nadie.
Ten Years After – I'd Love To Change The World (por Spotify)
NOTA: El único clip con la formación original tocando el tema es el que podéis ver a continuación. Sin embargo, la calidad del sonido no es muy buena, y se termina antes de lo debido. Por ello, si queréis escuchar el tema completo con mejor audio (y no tenéis Spotify) podéis hacerlo en este link.
En estos tiempos de crisis es muy frecuente escuchar cómo la opinión que despiertan los políticos se degrada día a día. Para mí, que la sigo desde un poco más adentro que desde la barrera (aunque sin haber llegado a coger la alternativa), ello me deprime muchísimo. Resulta que en vez de generar más confianza y ejercer de líder en tiempos difíciles, la figura del político se asocia cada vez más a aquella tristísima máxima según la cual, el que sirve, al trabajo, y el que no, a la política.
Por supuesto, lo anterior sólo es culpa de una parte del personal que campa en política. Ciertamente, abundan los oportunistas y caraduras, y existe más de un caso de amigos de lo ajeno. Y también hay gente de diez, esa mayoría esforzada y con vocación de servicio público, pero que queda eclipsada en el día a día. ¿La solución? En un mundo ideal, no deberían mantenerse al margen de la política los capaces y honestos. Antes bien lo contrario, deberían erradicarse de manera implacable y feroz todos los que la indignifican con sus actuaciones y dejar su espacio para los primeros. Su castigo: la prohibición perpetua para el ejercicio de lo público. En un mundo ideal.
El tema con el que he querido ilustrar lo anterior es uno de esos que ponen los pelos de punta al escucharlo. En 1971, los británicos Ten Years After estaban en la cresta de la ola, y su rock duro de aires blues colaba disco tras disco en el Top 40. Aquel año sacarían el que terminaría siendo su mayor hit, I'd Love To Change The World, una poderosísima balada de utopía y de desesperación.
Pero no quisiera terminar con esta última idea. Entre todos, podemos cambiar el mundo. Pero no puede faltar nadie.
Ten Years After – I'd Love To Change The World (por Spotify)
NOTA: El único clip con la formación original tocando el tema es el que podéis ver a continuación. Sin embargo, la calidad del sonido no es muy buena, y se termina antes de lo debido. Por ello, si queréis escuchar el tema completo con mejor audio (y no tenéis Spotify) podéis hacerlo en este link.
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
¡Pon "Do what you like" de Blind Faith, hombre!
ResponderEliminarApuntado, hombre, pero tienes que resolverme una duda: ¿cómo demonios me lo monto para poner la portada del mítico disco de Blind Faith en estos tiempos de máxima corrección sin que me metan una investigación, ja, ja, ja?
ResponderEliminarImpresionante.....me he metido en spotify a recordar Ten years after.
ResponderEliminary ahora mismo lo estoy escuchando , gracias de nuevo
De nada... iba a meter a los Pixies, pero tras ver la noticia del monumento de Galicia, abandonado en un vertedero, opté por un cambio de última hora. Así que ya sabes (y todos los demás) qué caerá mañana si las circunstancias y el buen tiempo lo permiten, ja, ja, ja!!!
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