jueves, 18 de marzo de 2010

Unbelievable, EMF, 1990


La canción de hoy supuso para algunos colegas de burrerío quinceañero y dieciséisañero un cierto shock en su día. Por entonces, como todas las chavalerías de cada momento, todos y cada uno de nosotros adquiríamos extravagantes estéticas acordes con las filiaciones a las que nos íbamos acogiendo.

Así, mientras unos se dejaban los pelacos para convertirse en jevis de pro, otros apuntaban tupés engominados, mientras otros empezaban a gastar patillas y camisas de motivos psicodélicos convenientemente enchalecadas (era mi caso). Con la excepción de los heavys, que eran más, los demás casi tocábamos a estilo por persona. Pero en el fondo, sí que había un elemento en común, y era un creciente gusto por el rock en todas sus variedades.

En el otro lado estaban los que, muy precozmente, empezaban a mostrar más interés por las discos y el bailoteo que por las guitarras. En cierto modo, todos los otros (nosotros) les parecíamos greñosos dejados que no nos íbamos a comer un colín jamás. Qué casualidad: aunque en buena parte, tenían razón durante aquellos tiempos (ligaban más), nuestra opinión de ellos era la de un puñado de pijos amaric... (ups, perdón, perdón, perdón, no me pegue señora ministra, de esto hace muchos años y éramos muy jóvenes)... la de unos chicos fantásticos.

Musicalmente éramos el agua y el aceite. Un rocker, por ejemplo, podía no manifestar preferencias por un disco de Motörhead, pero lo respetaba. Y viceversa, si se trataba de un heavy con un álbum de Jerry Lee Lewis (muy de moda por entonces gracias a la peli Gran Bola de Fuego). O podías acumular música de los sesenta, o del rollo Madchester (esto ya era la frontera, ojo) sin miedo a ser tachado de hereje. En lo que todo el mundo coincidía era en que había que prender fuego a un disco de George Michael, incluso aunque te gustara en privado. Las formas contaban, y mucho.

Entonces apareció en la radio este Unbelievable, de los británicos EMF. Y ya tenías a todo el personal descolocado: ¿era rock, y del fuerte?¿o era música dance? Fuera lo que fuera, gracias a este tema, muchos pelanas pudimos bailar en las discos o pubs sin miedo a ser considerados eerrr... "chicos fantásticos" y, a la vez, éstos últimos podían dejarse ver en su feudo haciendo el bestia air-guitar durante unos minutos delante del personal femenino. Por cierto, que gustó tanto el tema, que se convirtió en número uno en medio mundo, y uno de los emblemas de la naciente década de los noventa, llena de expectativas: aún no habían eclosionado esos mardito roedore makineros...

EMF – Unbelievable
(por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

7 comentarios:

  1. Voici! Uno de mis primeros discos: fue el maxisigle de EMF!!. Comprado con mis ahorros en la tienda de discos de Bon Viatge (antes de que fuera el primer videoclub de SJD). Lo fui a comprar y me dijeron: - No lo tenemos. Pero la semana que viene lo tienes. Y no recuerdo lo que tardaron en traerlo, yendo semana tras semana (eran las cosas de antes que cuando hacías un encargo estabas allí fiel a la cita. Cuando por fin llegó me dijeron que lo traían de importación de Londres!!!! Imagínate qué cosa tan cosmopolita para aquellos tiempos y para SJD. Ya ves, una joyita. Como mi madre conserva el tocadiscos, lo escucho de vez en cuando.
    Eso sí, hay que aclarar, que has exagerado bastante y no todo eran "tribus urbanas" por aquí... No recuerdo tantos heavies. Y la mayoría escuchábamos de todo lo del momento desde Depeche Mode hasta Eros Ramazzotti. También hay que considerar que pertenezco a la órbita chica. Claro, que seguro que fuiste tan "prematuramente maduro musicalmente" que ni con 13 años escuchabas los 40 Principales...

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  2. Juan José Soriano20 de marzo de 2010, 1:12

    ¿El primer videoclub de SJD?

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  3. Ejem, tú eras una chica del abajo en el pueblo, mientras que el 97,6% de los heavys se concentraban en mi barrio, el de Las Planas (concretamente en los tres billares, Vieja, Peluco y Jero). Es lógico que tu percepción sea diferente. Pero, para que te hagas una idea de que abajo también habían gentes de adscripción más rockera, los primeros y mejores discos de rock de garage los escuché y pillé prestados de casa del Dani Magallón, en tu barrio. O el propio Dani Poyato, que tenía una gran colección de discos de rock and roll y doo woop. Personaje que, por cierto, a menudo iba al insti con un aspecto muy parecido al de capitán del equipo de fútbol americano de una High School.

    Y sí, claro que todo el mundo escuchaba Depeche y Eros Ramazzotti. En Las Planas también. Y escuchábamos, además de Radio 3, los 40. Pero era algo que se llevaba, insisto, con cierta discreción...

    Eso sí, me ha conmovido tu historia del disco importado de Londres. Debía de ser para verte haciendo tiempo para volver a la tienda a ver si estaba, je, je, je...

    Juanjo, por cierto, ¿el primer videoclub de SJD fue ese? ¿Arriba no había ya uno, en tu calle?

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  4. Bueno, valeee... Como no recuerdo en qué año pusieron el videoclub ACEPTO que el pionero estuviera en la calle de Juanjo!! Sois como niños pequeños!
    Es cierto, lo de Dani era espectacular, más bien de película: el tupé en la medida exacta y después de correr el Km. con Martos todos los pelitos en su exacto lugar. La camisa a juego y los zapatos también. Siempre ha sido muy presumido. Y me ha hecho recordar que Miguel también iba de rocker.
    Qué bueno lo de la discreción!! ¿¿Algún cantante/grupo más para confesar?? No sé si esto abre la vía de las "Píldoras de confesión..." :P

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  5. Juan José Soriano20 de marzo de 2010, 13:12

    Corrijote, Mercè.
    No somos comos niños pequeños: somos PEORES que los niños pequeños...
    Entre otras razones, porque tenemos que cargar con dos desgracias: la primera, ser varones ("back in the USSR"); la segunda, ser periodistas, aunque no ejerzamos. También es cierto que en la facultad te enseñan aquello del rigor, la precisión, la concisión y la concreción. Hay quien se lo toma en serio porque de verdad valora la profesión y hay quien toma la profesión como medio para ser famoso, lo cual dice mucho de la catadura moral del pollo (o de la tipa, según se tercie, aunque como estamos metiéndonos con los varones, dejaremos sólo el pollo).
    Y, puestos a ser precisos, no sabrían decir si el primer videoclub de SJD fue el que estaba en la calle en la que vivo (gracias, por lo de 'mi' calle, ojalá), porque me suena alguno más por el barrio (de hecho, todavía los hay, aunque se han pasado al DVD). Puedo dar fe de su existencia en la segunda mitad de los 80, pero como estoy hablando de oídas, porque yo no tuve VHS hasta 1992, soy incapaz de datar la primera aparición de dichos establecimientos.
    Lo que me parece surrealista es la historia de la importación del disco. ¿Tan mal estábamos en 1990? Bueeeeno, ahora caigo que son 20 años. Casi ná.

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  6. Bueno, ahora solo faltaría que dijéseis que cogíais el 63 en El Walden o en El Parador, ¡Je, je, je...!

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  7. Ahí le has dado, chaval, nuestra bizarra discusión sobre la prehistoria del videoclub en SJD (Sant Joan Despí, Life, je, je, je...) es producto de nuestros restos en la fe del carnet de prensa. Para algo tenía que servir haber pasado por los años de duro bar en la Facultad... Por cierto, yo tuve vídeo antes, pero tampoco puedo datar con precisión el establecimiento de locales. Íbamos a uno que había en la Plaza Pallars, en Cornellà. Aunque el de la calle de la Mercè era bastante antiguo, desde luego...

    Temas inconfesables de la gente de por allí... bueno, por ejemplo -y citando un artista que aparece denostado en el post- a mi me gustaba (y me sigue gustando) muchísimo un tema de George Michael llamado Praying for Time, de aquel mismo 1990. Mira, lo pondré de Píldora un día de estos...

    Y Life On Mars, como puedes ver, SJD no era Sant Just Desvern, je, je, je...aunque para tu descargo, te diré que a menudo cogía el 63 parando en el Walden o en la Rambla para ir a Ràdio Desvern si salía desde Barcelona. Veo que conoces bien el territorio, chaval...

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