viernes, 30 de abril de 2010

Nancy Boy, Placebo, 1997


Nancy Boy fue, para quién escribe, una de las canciones más... guays de 1997. En primer lugar fue una de las imprescindibles en las noches de jarana con los colegas de la Facultad de Periodismo por los garitos de alrededor de las Ramblas de Barcelona. Y eso era, casi siempre, sinónimo de una gran noche.

Pero, además, por si el tema no daba ya buenas vibraciones (a pesar de su sonido más bien pesado y oscuro) acabó apareciendo como parte de la banda sonora de una de las pelis más... guays del año. Siempre pensé que Nancy Boy, con una letra tan underground era digna de haber salido en Trainspotting si se hubiera lanzado uno o dos años antes.

Pues bien, acabó incluida en la banda sonora de otro film completamente distinto, español, para mas señas: la célebre Airbag, sí, aquella donde los protagonistas buscaban un anillo de bodas perdido por el novio en... cómo decirlo... un recóndito lugar tras una juerga de época, todo mezclado con mafiosos gallegos "pofesionales" y hasta con un Karlos Arguiñano que explicaba como jugar a la "tortilla rusa".

Airbag no pasaría a los anales de la historia del cine universal, pero tengo que admitir que disfruté viendo por primera vez a la americana una cinta española que sólo buscaba entretener al personal a golpe de tiros y situaciones casi tarantinescas. La verdad es que Nancy Boy, con toda su potencia, quedaba que ni pintada alli en medio.

Por lo demás, el tema acabó siendo el mayor éxito del grupo inglés, alcanzando el cuarto puesto de las listas británicas. Ah, y no os perdáis detalle del vídeo: a puro golpe de efecto especial y de postproducción consiguió una de las mayores colecciones de planos surrealistas e inquietantes hechos hasta el momento.

Placebo – Nancy Boy (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 29 de abril de 2010

Japón, Mecano, 1984


A diferencia de muchísimos coetáneos (y no tan coetáneos), Mecano nunca fue una banda que motivara un excesivo entusiasmo por mi parte. Lo cual no quiere decir que no tuvieran un puñado de buenas canciones, y que una parte de ellas llegaran a gustarme sinceramente. 


Mi primer recuerdo de una canción de este trío madrileño fue más o menos durante el Mundial 82, el de Naranjito (nuestro Cobi de los ochenta... hum, menos mal que la cosa acabó ahí). Un día, en Puente-Genil, un primo mío de casi la misma edad -e idéntico macroflequillo escolar- vino cantando algo así como "sombraquí, sombralláaaa...". Y como con ocho años un estribillo como ese se pega como la cola, pues allá que me sumé a la fiesta. Por supuesto, era "Maquillaje".

Pero con mucho, la canción que más me gustó siempre de Mecano, entonces y ahora, fue este "Japón", que lanzaron unos dos años después. Era un tema con un ritmo muy industrial, digno del mejor techno del momento, previo a la conversión definitiva del grupo como banda para todos los públicos. 


Por cierto, que este último detalle debe de ir en sintonía con un artículo que leí hace unos meses en Rolling Stone, según el cual, Mecano era el grupo preferido por los políticos de derechas españoles. Curioso, cuanto menos: casi me alegré de que no me mataran demasiado, lo prometo. 


Su vídeo, que recreaba de forma estereotipada el "milagro japonés", de trabajo cuasi robotizado, tampoco estaba nada mal. En fin, para que no se diga: hasta yo tengo mi propia "canción de Mecano"...





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 28 de abril de 2010

These Boots Are Made For Walkin', Nancy Sinatra, 1966


Hace varios días que tenía en mente poner la Píldora de hoy, pero a raíz de lo (amistosamente) enconado de las opiniones relativas a quién era mejor crooner, si el papá de la niña o una cierta lista de nombres, preferí dejar la cosa en cartera, todo y siendo netamente sinatrista por adopción. En cualquier caso, si bien la niña del papá nunca llegaría a ser tan tremendamente popular, sí lo fue, y mucho, fundamentalmente gracias al tema de hoy.

Es menester decir que una canción que dice "estas botas están hechas para caminar, y es lo que harán, algún día de éstos van a caminar sobre ti" se presta a numerosas posibilidades dedicatorias. Porque se merecerían que pasaran por encima de gentes de muy diversa ralea: financieros milletistas, jueces de inconstitucional corazón, salteadores de la SGAE, curas pedófilos, forofos incapaces de disfrutar con el deporte, políticos apolíticos, fachas de toda adscripción, caraduras con carnet de prensa rosa, jefes de la patronal moralmente insolventes, este redactor cuando se pasa de listo.

Muy probablemente, la propia Nancy Sinatra no tenía todo esto en mente cuando interpretó este tremendo hit de 1966, unas semanas antes de que su padre lanzase su inmortal Strangers in the Night. Con todo, aquellas botas hechas para caminar llegaron a la mismísima guerra del Vietnam, cuando los soldados cantaban el tema mientras las suyas propias marchaban hacia la selva. Una referencia que tendría muy en cuenta
Stanley Kubrick al incluir la canción en su clásico (como todos) La chaqueta metálica, sobre aquella guerra.

El tema alcanzó un número uno fulminante en ambos lados del Atlántico, y enseguida recibió múltiples versiones. Sólo en 1966, el mismo año de su lanzamiento, fueron nada menos que siete, sin contar la de Sinatra. Con los años, gente tan dispar como los heavys Megadeth, Boy George e incluso ¡Antonio Banderas! (como el genial gato con botas de Shrek 2) llegaron a interpretarla.

Tal vez aquellas botas no caminaron por encima de donde hubiera estado bien, pero caminar, lo que se dice caminar, vaya si caminaron.

Nancy Sinatra – These Boots are Made For Walkin' (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 27 de abril de 2010

Are You Gonna Be My Girl, Jet, 2003

Tras el toque intimista de ayer por parte del grandísimo Jeff Buckley (se nota que me gustó...) conectamos los jacks de las guitarras, subimos los amplis al máximo, avanzamos un poco el indicador de la máquina del tiempo hasta 2003... ¡y a berrear como posesos!

Otra joya del air-guitarrismo, y de las más excelsas, Are You Gonna Be My Girl aún vio a este por entonces casi treintañero recuperar lo mejor (o lo peor, depende de como se mire) de su comportamiento en público y savoir fair en un pub, a la usanza de cinco o diez años atrás. Siempre fui de la teoría de que una canción arrolladora como ésta merecía su ración de saltos compulsivos, empujones al borde de lo maleducado y alaridos estentóreos (sin ronquera, no hay gloria). Y por supuesto, dejándose la barriga magullada de tanta guitarra aérea.

Son los efectos secundarios de los rocks pétreos como el de hoy, single de debut de los australianos Jet allá por 2003. Y no estuvo mal como entrada: alcanzó el puesto 20 en Australia y 16 en Gran Bretaña, eso sí, tras un anuncio de iPods. El poder de la manzana, que no cesa...

Por cierto, a menudo suele decirse que este tema tiene bastantes similitudes con el célebre Lust for Life de Iggy Pop. Hombre, el ritmo sí que lo recuerda, pero vamos, por lo demás, la cosa varía bastante. De todas formas, por suerte, el tema de la Iguana también anda por las Píldoras, así que ya sabéis, estáis invitados a hacer la prueba...

lunes, 26 de abril de 2010

Hallelujah, Jeff Buckley, 2006



A medida que esta aventura de las Píldoras va avanzando, se van añadiendo nuevos actores que, lejos de ser meros convidados de piedra, se lanzan adelante y adoptan el blog como lo que exactamente es: un foro común de impresiones, opiniones, ideas y, por supuesto, divertimentos varios, a partir de las propuestas que modestamente sugiero en cada ocasión.

Y esto es lo mejor, ya que, a partir de estas impresiones, puedo decir que mis horizontes musicales, que creía amplios, se revelan cada día mucho más insuficientes, eso sí, como contrapartida, en franca expansión. Qué verdad aquello de que cuanto más se sabe, más consciente se es de que menos se sabe...

El último capítulo de este proceso vino dado cuando uno de los ilustres participantes del blog, el Maestro Ciruela, sugería poner algo de Jeff Buckley, a partir de una referencia que hacía al tema de hoy y del disco al que pertenecía, Grace, de 1994. Como en otros casos, me comprometí a hablar de él aun sin fecha concreta, confesando mi fáctico desconocimiento hacia la carrera del norteamericano, más allá, precisamente, de esta canción (y poco más), que no apareció como single, ya póstumo, en 2006.

Al escuchar hoy Grace, he quedado absolutamente impresionado, hasta el punto de que he creído que lo mejor era traer a Buckley con carácter inmediato, sin demoras, para compartirlo con todos. Es menester reproducir la opinión del Maestro sobre el carácter maravilloso del LP, en su conjunto. Es muy difícil escuchar un disco de punta a rabo tan exquisitamente sensible, y sin caer en lo pusilánime ni una sola vez, antes bien lo contrario, con un carácter y potencia tremendos.

De Grace he escogido la versión que hizo del Hallelujah de Leonard Cohen, no sólo por ser posiblemente el tema más conocido de Buckley, sinó porque, mera y llanamente, pone los pelos de punta. Es muy poco frecuente que las versiones superen a los originales, y no digamos si éste lo atesora alguien como Cohen. Pero haced la prueba. Yo me he caído del caballo camino de Damasco.

Jeff Buckley – Hallelujah (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 25 de abril de 2010

Beautiful That Way, Noa, 1997


En muy pocas ocasiones sucede que tanto la opinión del público en general como la de los diversos departamentos gafapastas (modalidad "críticos de cine") coincidan de forma contundente. El caso del film que motivó el tema Píldora de hoy, la célebre La vida es bella, fue una de éstas, como casi no podía ser de otra forma.

Siempre se dice que el espectador de una película tiende a identificarse con el héroe de la misma, pero, paradójicamente, casi siempre nos atrae más el personaje del malo, a menudo con mayor poder de atracción. Pues bien, en su obra más popular (y, con toda la modestia, creo que la mejor de largo), el director y actor Roberto Benigni consiguió de forma magistral que nos olvidáramos de que, en una tragedia como la copa de un pino, en realidad, habían muchos malos.

Porque, y sigo en mi opinión, ése y no otro es el gran acierto y encanto de La vida es bella. Que no es una película de guerra, ni siquiera sobre el Holocausto. Es un canto a la infinita capacidad del ser humano por salir adelante cargado de optimismo. Y sí, Benigni, en muchas escenas interpreta de forma exagerada, casi histriónica. Pero, ¿no es esa la forma de sobrellevar la tremenda historia que nos estaba contando?

Y como toda gran película, una parte de su éxito es la banda sonora. En este caso, el tema escogido no podía haber sido mejor. Beautiful That Way, interpretada por la israelí de origen yemení (al igual que Ofra Haza) Noa, acababa de poner la guinda positiva al film, incluso con una melodía tan aparentemente melancólica.

El tema se convirtió en todo un éxito mundial a partir de finales de 1998 y 1999, cuando La vida es bella se estrenó primero en Estados Unidos y después en la mayor parte del mundo. Hasta entonces, su impacto se había circunscrito a su Italia natal, donde ya se había estrenado poco antes de las Navidades de 1997. Fijáos, había pasado casi todo un año por medio: son las cosas del cine europeo...



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 24 de abril de 2010

Belfast, Boney M., 1977


Música para un sábado noche... de hace treinta y tantos años, por supuesto. Los responsables de esto: un grupo de cantantes y un bailarín casi con tics nerviosos, procedentes del Caribe, pero reclutados en suelo alemán. Por supuesto, eran los Boney M.

Durante la segunda mitad de los setenta, la lista de hits que este elenco llevó al éxito en Europa fue más que notable, todos ellos bien recordados por los parroquianos de entonces, y mejor sabidos por los que vinieron después. Éstos éxitos iban desde Daddy Cool hasta Rasputin, pasando por el único salmo (que yo sepa) convertido en éxito disco (The Rivers of Babylon) o incluso la aún mayor extravagancia de un tema -del todo olvidable- dedicado al más célebre prófugo español del tardofranquismo, nada menos que El Lute.

Uno de aquellos hits fue el que traemos aquí hoy. Posiblemente, y aunque llegó al Top Ten, Belfast no sea la canción más conocida de aquella lista, pero personalmente siempre me pareció la más aceptable de todas. Además, tenía la peculiaridad de llevar implícito un cierto mensaje político (completamente aplastado por las bolas brillantes y los pantalones de campana de las pistas de baile) dedicado al conflicto de Irlanda del Norte.

El grupo fue, ante todo, la creación de un productor alemán, Frank Farian. Éste había lanzado a finales del 74 un single con músicos de estudio y que tuvo cierto éxito, bajo el pseudónimo , precisamente, de "Boney M.". Para las apariciones en televisión, reclutó a personal a través de una agencia de modelos, con cuidado de que supieran cantar. El experimento funcionó, y en breve, los ahora ya reales Boney M. estuvieron en disposición de grabar su primer álbum en 1976. Es menester decir que, al menos, Boney M. eran intérpretes reales: el propio Farian sería el responsable, años después, del tremendo engaño que fue Milli Vanilli, y que acabó como el rosario de la aurora.

Y puestos a cerrar con curiosidades, ¿sabíais que, por lo visto, se llegó a decir que su célebre saltimbanqui-bailarín Bobby Farrell había vivido en la muy gallega villa de Taboada? Y todo porque quien vivía allí era otro tipo que afirmaba -sin ser verdad- haber formado parte del grupo. Qué cosas...







Hasta la próxima.

viernes, 23 de abril de 2010

Tin Soldier, Small Faces, 1967




En los años en que la emisora más sintonizada en mi cuarto era Radio 80 Serie Oro, un buen día pusieron este tema en antena. Para entonces, los Small Faces era un grupo al que hacía poco que había descubierto, en plena (y muy efímera) efervescencia mod de un servidor. La verdad es que era una banda que, además de ser abanderada de este estilo, supo adaptarse muy bien también al pop psicodélico, precisamente adonde me iba internando a marchas forzadas.

Así que en el momento en el que el locutor avanzó que el tema (del que no me percaté en aquel momento del título) era de estos británicos, subí el volumen, por si era el que entonces más me gustaba, All or Nothing. Fue mejor, mucho mejor, que ya es decir. Cuando terminó Tin Soldier me quedé con la sensación de haber escuchado uno de los mejores temas rythm and blues que nunca se hubieran podido componer.

Con los años, escuché otros temas pop de igual potencia y garra, pero siempre consideré a esta canción como difícilmente superable en su estilo. Y, por lo visto, a Steve Marriott -voz principal del grupo y compositor del tema junto a otro insigne miembro, Ronnie Lane- debió de darle la misma sensación: lo había pensado para que lo interpretara la cantante P.P Arnold, pero prefirió quedárselo para sí mismo, dejando a Arnold la voz de acompañamiento. Precisamente el vídeo que tenéis debajo tiene la curiosidad de que, junto al grupo, aparece la propia cantante soul.

Para que os hagáis una mínima idea de la importancia de esta formación en su momento, lo mejor que se puede decir es que tras su separación, sus miembros acabarían emparentados con nombres de la talla de Rod Stewart, The Rolling Stones y The Who. Sin embargo, a sus dos personajes más carismáticos, los citados Marriott y Lane, el destino les depararía una mala pasada. Marriott moriría en 1991 en el incendio de su propia casa, mientras que Lane lo haría seis años después tras veinte años de padecer esclerosis múltiple.

Por cierto, y para acabar con un poco de mejor sabor de boca, normalmente se ha considerado que la música de los grupos mods de los sesenta fue, por actitud, la base para que sus hermanos pequeños de coloreada cresta impulsaran el punk diez años después. Fijáos en la interpretación que hace Marriott -que no os engañe su flequillo-, y llegad a vuestras propias conclusiones. Ahí hay megavatios por segundo como para parar un tren: si hasta parece que todo el tinglado le venga grande a la pobre P.P Arnold...




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 22 de abril de 2010

Baby I Don't Care, Transvision Vamp, 1989


Lo de poner una maciza al frente de una banda pop siempre ha sido algo con bastante tirón, sobre todo entre el público masculino. Especialmente, cuando se tienen quince o dieciséis castañas -aunque, de hecho, con treinta y cinco, también, para qué engañar a nadie-.

Lógicamente, a menudo, la música era lo de menos. En este sentido, el grupo protagonista de hoy, Transvision Vamp -con su respectiva maciza, Wendy James- era un poco excepcional, ya que resulta que también disponía de una batería de buenas canciones. Su estilo, un power pop cargado de guitarras pero pinchable en cualquier lugar -lo que, unido a la cantante, evocaba en cierta medida a los Blondie de Debbie Harris, otra que tal- convirtió a estos ingleses en uno de los grupos con más éxito en el cambio de década de los ochenta a los noventa.

Así, coleccionó varios hits en poco tiempo, entre los que recuerdo perfectamente The Only One, este Baby, I Don't Care (el mayor de todos) o mi preferido, el potente If Looks Could Kill, ya a punto de separarse la formación. Como véis, por entonces, no todo eran The Beatles entre mis cassettes...

Y como una cosa lleva a la otra, me viene a la cabeza otro grupo de estructura similar -también en estilo, más o menos- pero de aquí, que eran Los Romeos. Por las mismas fechas, año arriba, año abajo, se marcaban un sonoro éxito, titulado Mi vida rosa. Imagináos cómo se nos ponía el cuerpo cuando Patrizia Escoin cantaba aquello de "quiero comer toda tu vida...".

Uf, mejor os dejo ya con el vídeo.

Transvision Vamp – Baby I Don't Care (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 21 de abril de 2010

Afterlife, Avenged Sevenfold, 2008


Que nadie se asuste: no me ha dado por el heavy para muchachada de última generación. Lo que sucede es que, de vez en cuando, un servidor plumilla promete dedicar alguna que otra Píldora cuando hay un buen motivo, y en este caso lo hay sobrado.

Como ya he comentado en alguna ocasión, formo parte del club de remo de Calafell, los inveterados y formidables (¡por supuesto!) Llaguts de Calafell. Deporte al aire libre y de fuerte rendimiento que aconsejo din dudar a aquellos que aún no han tenido la dicha de probarlo.

Pues bien, con regularidad recibimos nuevas incorporaciones que se asoman para experimentar nuestro deporte. Lo habitual es que lleguen de forma individual o, a lo sumo, en pareja de amigos, y con cierta expresión de "mola, pero a ver de qué va esto". No todos pasan de ese momento...

Sin embargo, hace muy pocos días, recibimos la incorporación de toda una tripulación (esto es, ocho individuos) de una tacada, algo inaudito. ¡Y encima disponían de más compañeros dispuestos a sumarse! Pero no era lo mejor de todo: tras su primer entrenamiento -muy digno, dicho sea de paso- mostraron un entusiasmo poco corriente: debo decir que estos últimos días daba gusto seguir los comentarios de esta chavalería (16 tacos de media) por el Facebook.

Y quedé que les dedicaría una Píldora, que espero que entendáis ahora porqué es merecida. Por supuesto, el tema vino a sugerencia de uno de sus tripulantes y, como uno ante todo es un caballero en sus compromisos (uf, esto me ha quedado demasiado sabinesco), pues aquí está.

Avenged Sevenfold – Afterlife
(por Spotify)

PD: por cierto, si queréis que os diga la verdad, mi idea de quiénes eran los Avenged Sevenfold estaba, parafraseando a Eduardo Mendoza, un punto por encima de "ninguna" y dos por debajo de "ni puñetera". Hay que decir que el estribillo del tema no suena nada mal y, en lo que respecta a inquietudes musicales, escuchar esto siempre será mejor punto de partida que los Jódar Broders o como se llamen esos...



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 20 de abril de 2010

The King of Rock'n'Roll, Prefab Sprout, 1988


Al fin. Tras varios días de pitido constante de oído, de referencias cada vez menos veladas, y de presiones desde las más altas esferas, he claudicado. Prefab Sprout ya forman parte de las Píldoras. Era eso, o nada. Y uno, que es un superviviente nato, pues lo tuvo claro.

Bromas aparte, las referencias aparecidas estos días sobre los británicos eran más que merecidas. Los Prefab (como comúnmente se les llamaba cuando servidor tenía quince años) fueron una de las grandes formaciones de los ochenta, si bien no del todo por ventas. Su estilo sólido y sofisticado (posiblemente el adjetivo más aplicado jamás a la formación) fue lo que acabó por convertirlos en grupo de referencia imprescindible para entender el pop de la segunda mitad de la década.

Muy posiblemente, su gran álbum -si bien más valorado por la crítica que por el favor del gran público- fue Steve McQueen, de 1985. En él se incluían soberbios temas como Faron Young (mi preferido), When Loves Breaks Down o Goodbye Lucille #1 (aquella de "Johnny Johnny"...). Todo un disco referente de los ochenta que, cosas de la vida, se tuvo que contentar con ventas relativamente moderadas.

En un intento de mejorar sus resultados comerciales, tres años después lanzaron el álbum From Langley Park To Memphis, con un sonido más orientado al gran público. Y de aquel álbum sacaron los dos temas más populares de su carrera, Cars and Girls y The King of Rock'n'Roll, Píldora de hoy y el single de mayor éxito de la historia de la formación, con un séptimo puesto en el Reino Unido. Precisamente fue el tema con el que quien escribe descubrió a los Prefab con alrededor de catorce años.

Para la ocasión, y en homenaje a la afición, he optado por dejar de lado el videoclip para mostrar una actuación del grupo en el célebre Top of the Pops. Fijáos como los Prefab habían evolucionado en pos del favor popular: si hasta el bueno de Paddy McAloon estaba caracterizado como un perfecto pijeras del momento, melenilla y chaleco al viento...

Prefab Sprout – The King Of Rock 'N' Roll
(por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 19 de abril de 2010

Black Hole Sun, Soundgarden, 1994


Aún a riesgo de montar cierto pifostio con algunos buenos amigos, es conocida mi opinión de que la música grunge, con la excepción (parcial) de Nirvana, nunca fue gran cosa a nivel de calidad musical y compositiva. Realmente, podría decirse que fue, durante buena parte de los noventa, el rock de guitarras oficial de la MTV.

Sin embargo, como lo cortés no quita lo valiente, hay que admitir que tuvo sus canciones –y algún que otro disco- bastante buenos. Incluso en los páramos crece algo de vida (me abstendré de decir “brotes verdes”), y en los páramos gigantescos, como el abarrotado grunge, esta norma se convierte en una gran realidad.

Uno de estos brot… perdón, elementos puntuales de vida era, en mi opinión, el tema que traemos hoy de Píldora. Black Hole Sun, incluido en el álbum Superunknown, fue uno de los grandes temas de 1994, y de forma muy merecida. Sus cambios de ritmo, sus extraños acordes y su sonido que a veces era casi psicodélico estaban a años luz de la mayoría de temas enmarcados en su género.

De hecho, acabó siendo un tema muy versionado, en algunas ocasiones de forma bastante peculiar, por más que interesantes. Así, por ejemplo, el pianista de jazz Brad Mehldau lo convirtió en una elegante suite de más de 20 minutos. Otra versión muy curiosa la hizo ¡Paul Anka! transformándola, y nada mal, en todo un tema crooner (también lo hizo, atención, con el Smells Like Teen Spirit de Nirvana, ver para creer).

Sin más, os dejo con el tema y su célebre vídeo, lleno de escenas surrealistas, también uno de los más celebrado de aquel 94. Sólo me queda esperar que los fanáticos del grunge no aparezcan ahora aporreando a las puertas tras leer estas humildes líneas. Como mucho, que las golpeen educadamente…


Soundgarden – Black Hole Sun (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 18 de abril de 2010

Alpha, Vangelis, 1976

Aparte de la Historia, desde muy pequeño siempre me apasionó la astronomía y su vertiente literaria, la ciencia-ficción. No sabría decir desde qué momento exactamente, pero cuando aprendí a leer con cierta soltura ya tenía libros sobre las estrellas en casa. Muy posiblemente, esta afición astronómica (que, cosas de la vida, luego de mayor no ha pasado de los libros) fuese anterior a un mítico programa de televisión que a principios de los ochenta pasó TVE, pero sin duda se potenció enormemente con él. 

Por supuesto, no era otro que Cosmos. Carl Sagan, autor de la serie, fue, además de un eminente astrónomo, el mayor difusor científico del siglo XX junto a Isaac Asimov, éste último además profuso escritor de novelas (su trilogía de la Fundación, una especie de caída del Imperio Romano en el futuro, la disfruté como pocas en su día) y ensayista de Historia, si bien en estos útlimos lares era algo más flojo. Como fuera, Sagan se convirtió en toda una referencia para aquel chaval al que planetas, estrellas y naves espaciales le eran el no va más. 

Así, cuando sonaban los compases iniciales de la sintonía del programa (por cierto, también de Vangelis, de la pieza Heaven and Hell) la carrera hacia el receptor era tan rauda como si pusieran Dartacán y Los Tres Mosqueperros o La Vuelta al Mundo de Willy Fogg, espacios mucho más acordes con aquella edad, año arriba año abajo. Y aquí entra la Píldora de hoy. Vangelis ya nos había aparecido por estos pagos junto a Demis Roussos en la formación pop griega Aphrodite's Child

Tras aquella etapa, se adentró en los sonidos progresivos y electrónicos, que serían su marca distintiva en el futuro. En 1976 lanzó su LP Albedo 0,39 (que es, por cierto, la capacidad de reflexión de la luz que tiene La Tierra). Era un disco magnífico y que, gracias a la tele, descubrí en parte desde muy pequeño. La causa estaba en que Cosmos incluía hasta tres temas del mismo, el citado Heaven and Hell (sólo un fragmento muy pequeño), Pulstar (éste, además, lo usaba la COPE en sus informativos, si mal no recuerdo) y mi preferido, la Píldora de hoy. 

Alpha podría definirse como una especie de Bolero de Ravel escrito a finales del siglo XX y pensado para el XXI. Sus arpegios iniciales me evocan todavía de forma recurrente a algunas de las escenas de la serie de Sagan más memorables, como aquella en las que unos dibujos sencillísimos reproducían de forma genial la evolución de la vida en nuestro planeta. Unas notas que me siguen emocionando sobremanera. ¿Será por lo que decían de las ondas Alpha? 

Vangelis – Alpha (por Spotify) 



 Letra de la Píldora (¿qué letra?) Hasta la próxima.

sábado, 17 de abril de 2010

Feelin' Stronger Every Day, Chicago, 1973


"Sintiéndome más fuerte cada día". Esta declaración de principios -y casi profética en lo comercial- marcó uno de los mayores éxitos de los primeros años de la formación norteamericana Chicago, en un tema que va in crescendo hasta un final enérgico a tope, del que sales en plan "estoy que me salgo". Haciendo gala a su título.

El jazz-rock fue un estilo que nació a finales de los años sesenta, y que tuvo entonces, y durante buena parte de los setenta, su edad de oro. Entre las bandas que lideraron este estilo cabe destacar nombres como los Soft Machine, Colosseum o Weather Report. No obstante, dos formaciones se levantaban por encima de los demás: Blood, Sweat and Tears y los protagonistas de hoy, Chicago.

La historia de Chicago es peculiar. Nacidos a finales de los sesenta, su trayectoria hasta mediados de la década siguiente fue la de una banda con un sonido potente que fusionaba el rock del momento con un sonido jazz directamente inyectado en vena. En mi opinión, es el mejor período de la banda, con temas espectaculares como 25 or 6 o 4 (que casi se cuela hoy como tema escogido), Beginnings o Saturday In The Park, además del que finalmente se ha llevado la Píldora al agua.

Sin embargo, a pesar de que fue un período también de gran aceptación popular y comercial, sus mayores hits los conseguirían a partir de 1975. Aquel año lanzaron una de las baladas revientapistas más célebres de la historia del pop, If You Leave Me Now, e iniciaban un nuevo periodo con un sonido mucho más comercial, abandonando en buena parte el toque jazz de los primeros años. Siguió siendo una gran formación con grandes temas, pero musicalmente habían cambiado por completo.

Como sea, aquí os dejo con esta inyección de energía para que tengáis un domingo de los buenos...

Chicago – Feelin' Stronger Every Day
(por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 16 de abril de 2010

Rocks, Primal Scream, 1994


Tras varios días marcados por el sinfónico, el pop de los ochenta y los crooners (muy apasionantes debates, por otra parte), la verdad es que me venía en gusto volver a enchufar las guitarras, sacar humo a los parches con las baquetas y estirar las cuerdas del bajo hasta desafinarlas, exactamente igual que con las teclas del piano. Vamos, volver al rock más pedrestre.

Y me apetecía hacerlo con un tema de los que vi estrenar in situ, total novedad en los ruidosos pubs de Cornellà por los que tanta querencia tenía. Primal Scream era por entonces -1994- un grupo conocido, que se había marcado todo un pedazo de tema en clave bailable pocos años antes titulado Loaded, en la estela de aquel sonido Madchester de Happy Mondays, Stone Roses o Inspiral Carpets.

Sin embargo, en el 94 todo aquello ya había pasado de moda, y cada grupo intentó abrirse camino de la mejor forma posible. Muchos desaparecieron de facto de la escena musical mientras que otros se apuntaron al pujante britpop -ah... la música de mi generación...-. El caso de los Primal Scream fue diferente, ya que derivó hacia un rock primario, enormemente marcado por el rythm and blues.

Y la carta de presentación a gran escala de aquel giro no fue otro que este trallazo de tema de hoy, Rocks. No inventaban nada, ni lo pretendían. Sonaban a Rolling Stones de principios de los setenta, de Exile On Main Street, y el vídeoclip, incluso, lo mostraba con descaro, con un Bobby Gillespie -antiguo batería, por cierto, de Jesus and Mary Chain- imitando a Jagger de forma indisimulada.

El tema fue hasta aquel momento el mayor éxito de la banda, incluso por encima de Loaded, y así seguiría hasta 2006, en que Country Girl le superaría en ventas. Pero, con ventas o sin ellas, el tema era todo un puntazo, un rock de los de siempre. Y esos, imagino en que coincidiréis que nunca están de más.

Primal Scream – Rocks (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 15 de abril de 2010

Real Gone Kid, Deacon Blue, 1988


Para los que nacimos a mediados de los setenta, la música de los ochenta puede dividirse en dos grandes grupos. El primero se compone por la que va hasta 1985-86, que la conocemos más por ir a discos retros tales como Music Box, ya diez años después, que por referencia directa, limitada a esporádicos recuerdos infantiles.

El segundo grupo es el que va desde esos años hasta (año arriba, año abajo) 1990, el inicio de nuestra década de verdad. A mi juicio, para los de nuestra edad, los hits de este período final-ochentero tienen un curioso hipnotismo que pervive a las modas y gustos. Imagino que tienen que ver con el inicio de una primera consciencia de suficiencia adolescente y de autoafirmación, de esa que va acompañada de bastante acné y gilipollez. Como sea, son canciones a las que les coges cariño por más años que pasen.

Como todo el mundo, servidor tiene su cupo de temas de este tipo (que no tienen porqué ser malos, por otra parte), previos al descubrimiento del pop indie y de la música de eras pretéritas que marcarían su posterior elección musical. Y entre este cupo, destaca el tema Píldora de hoy, asociado como pocos a los primeros compases del glorioso bachillerato. Y es curioso: a pesar de que los Deacon Blue, el grupo que firmaba el tema, funcionaron aún años después, no llegaron jamás a llamarme la atención tanto como la primera vez que sonó Real Gone Kid por la radio.

Y no será, desde luego, porque se tratara de un grupo malo. Su primer LP, Raintown, de 1987, era un gran disco (que escuché de verdad bastante después, y con algunas joyas como Dignity); asimismo, algunos años después firmaron una versión bastante decente del I'll Never Fall In Love Again de Burt Bacharach, que, por cierto, acabó siendo su single más vendido, por encima del tema de hoy.

Sin embargo, ventas aparte, no me diréis que Real Gone Kid no era el tema más emblemático del grupo, además de que no estaba nada mal. Vamos, que no era cosa de mi acné y mi gilipollez...

Deacon Blue – Real Gone Kid (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 14 de abril de 2010

Nights In White Satin, The Moody Blues, 1967


A menudo se ha citado en este blog al año 1967 como el de la paz, el amor, los hippies, San Francisco y todo eso. Sin embargo, a nivel musical, además de ser el año de la música psicodélica por antonomasia, vio nacer a un estilo que marcaría en buena parte los siguientes diez años: el rock sinfónico o progresivo.

El punto de partida reconocido de aquel estilo que, en el fondo, eran numerosos estilos -en los que se podían mezclar el rock, la música clásica, y hasta los sonidos tradicionales europeos y la primera música electrónica- tuvo lugar casi al final de año. Con pocas semanas de diferencia, The Moody Blues, una formación que hasta entonces había cosechado éxitos en clave rythm and blues, lanzaba el álbum Days Of Future Passed, mientras que otro grupo, que hasta poco antes había acompañado a la cantante soul P.P Arnold, se rebautizaba como The Nice y sacaba a la luz su opera prima, el magnífico The Thoughts of Emerlist Davjack.

The Nice acabaría desembocando en una de las grandes superformaciones progresivas de los setenta, Emerson, Lake and Palmer. Sin embargo, a nivel popular, el mayor éxito se lo marcarían The Moody Blues, cuya música sería mucho más accesible para el gran público.

Days Of Future Passed, el primero en aparecer de los dos LP's apuntados, y en el que se incluía la Píldora de hoy, fue todo un revulsivo a nivel musical y conceptual. Por primera vez se intentaba fusionar de manera ambiciosa el pop y el sonido clásico (hasta entonces, se habían dado casos puntuales, pienso ahora en Eleanor Rigby de The Beatles, por ejemplo). Es menester decir que se trataba de una fusión algo tosca: se basaba en unir una serie de muy buenos temas pop con pasajes de música clásica contemporánea. Todo el conjunto iba prologado y epilogado por unos versos que, he de admitirlo, la primera vez que los oí -17 o 18 años- me dieron algo de mal rollo...

Por supuesto, el tema estrella de aquel álbum, y que trascendió a la propia carrera del grupo, fue este inolvidable Nights In White Satin. Personalmente, siempre consideré que se trataba de un tema con algunos pasajes un poco edulcorados, pero en conjunto, prácticamente impecable. Tanto, que no sólo consiguió el éxito al cierre de aquel 1967, sinó de nuevo en un relanzamiento cinco años después, ya en 1972, en plena efervescencia del rock sinfónico. Os dejo recordarlo y entender el porqué.

The Moody Blues – Nights In White Satin (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 13 de abril de 2010

Sex Bomb, Tom Jones and Mousse T, 2000


Lo de Tom Jones tiene mérito. Muy pocos artistas pueden marcarse el tanto de ser tan populares tanto en la época de los padres como de los hijos. Y es exactamente lo que alcanzó el llamado Tigre de Gales (no era para menos con ese pedazo de voz) cuando en 1999 volvió a la primera línea al editar su álbum Reload.

Y la cosa no quedó ahí. Es muy fácil pensar que sus mayores éxitos los tuvo en los sesenta, cuando interpretó temas inolvidables como It's Not Unusual (sí, el que Carlton se marcaba cada dos por tres en el Príncipe de Bel Air, una de las veces ante el propio Jones) o Delilah. Nada de eso: fue precisamente Reload el disco más vendido de toda su carrera, no ya en tiempos de los padres, sinó -paradojas del destino- de los hijos.

¿Qué hizo que un cantante de casi sesenta años alcanzara tal éxito a punto de entrar en el siglo XXI? Tras unos inicios con un pop arrollador, se especializó en un estilo melódico que a menudo rozaba el country. Fueron los años de los conciertos en Las Vegas, y de una carrera que parecía haber llegado a un cómodo impasse, con esporádicos éxitos.

Sin embargo, a finales de los ochenta reinventó (horrible palabroncio asociado hasta el hastío a Madonna) su propia carrera, y versionó junto a Art of Noise el Kiss de Prince con tal éxito, que todavía recuerdo algún Telediario soltando la noticia de su resurrección. El secreto del bombazo: asociarse a las bandas y artistas del momento.

Y esa misma clave, llevada al extremo, motivó el enorme impacto de Reload. Todos los temas se grabaron con el cantante y lo más florido del pop de por entonces, incluyendo a The Cardigans, Zucchero o Robbie Williams. En el caso de la muy chulesca y divertida Sex Bomb (digna del mejor rollo Ocean's Eleven) Jones se asoció al productor alemán de origen turco, Mousse T. El tema alcanzó el puesto 3 en Gran Bretaña, y asaltó todas las listas europeas. Y tuvo un pequeño efecto secundario: por una vez, padres e hijos podían estar de acuerdo a la hora de poner un disco...

Tom Jones – Sex Bomb (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 12 de abril de 2010

Pesadilla en el parque de atracciones, Los Planetas, 2002


Muy recientemente, en uno de vuestros comentarios (gracias, josemsolis) se sugería que tal vez podría hacerse un poco más de hincapié en el notable panorama pop independiente español de las últimas dos décadas. Ciertamente, al principio de las Píldoras aparecieron los geniales Vetusta Morla, pero desde entonces, lo más destacado ha sido la ausencia total de más formaciones.

Pues bien, aquí estamos para intentar corregirlo en parte. Y creo que la mejor forma de empezar a enmendallo es recurrir a la que seguramente es la banda independiente por antonomasia en nuestro país. Por supuesto, me refiero a los granaínos (por más que lo intento no me sale poner la "d"...) Los Planetas, todo unos veteranos de los escenarios desde su formación allá por 1993.

Por supuesto, y aquí no soy una excepción a la regla, el descubrimiento de Los Planetas, lejos de ser con telescopio (¡sí, sí, es malísimo!) fue con la radio puesta, en el histórico programa Disco Grande de Radio 3, un poco de tiempo después. Si mal no recuerdo, fue cuando lanzaron su primer disco, Super 8, de 1994.

Y cuánto ha llovido... precisamente mañana mismo (hoy, si ya estáis en martes), publicarán el que es su octavo disco, Una ópera egipcia. Toma ya: para que veáis que aquí también tenemos el don de la primicia... y el de la casualidad, para qué os voy a engañar.

En cuanto al tema seleccionado, uno de sus más conocidos, se incluyó en su quinto LP, Encuentros con entidades, de 2002. Se trata de un tema muy potente, y que admito que es de los que he escuchado con una letra más salvaje de desamor. Muy jodido debieron de dejar a alguien para que acabara haciendo un texto así (y una portada de single digna de Álex de la Iglesia), pero, al fin y al cabo, ya se sabe: en los mundillos poco convencionales, caben cosas poco convencionales...

Los Planetas – Pesadilla En El Parque De Atracciones (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 11 de abril de 2010

Too Old To Rock'n'Roll: Too Young To Die!, Jethro Tull, 1976


Hacía ya algún tiempo que tenía previsto introducir en las Píldoras el tema de hoy, uno de mis preferidos absolutamente desde que lo escuché por accidente hace ya una cierta cantidad de años mientras estaba en la radio. La excusa perfecta me la han dado una serie de comentarios formidables a raíz de la Píldora de ayer, apelando a la verdad absoluta de que los rockeros nunca mueren...

Too Old To Rock'n'Roll: Too Young To Die! es un tema soberbio -en mi modesto juicio, como siempre- desde el principio hasta el fin. Lanzado en 1976, formaba parte de un álbum conceptual de igual nombre, y que trataba sobre una estrella rock que se veía envejecer, y que tras un accidente acaba volviendo de forma imprevista a la primera línea.


Jethro Tull -aún en activo- fue una de las formaciones más importantes de la primera mitad de los setenta. Su estilo, a medio camino entre el rock progresivo, el rock duro y la música de connotaciones medievales (la flauta de su líder, Ian Anderson, llegó a ser marca de la casa) hizo posibles discos esenciales como Aqualung, de 1969, Thick as a Brick, de 1972, y el que hoy tenemos por estos pagos.
Y fue este estilo serio el que provocó mi sorpresa la primera vez que vi la interpretación que hicieron para la televisión británica en su momento, más cerca de una serie de sketchs de Benny Hill que de la actuación de un grupo de rock progresivo. La verdad es que, tras el impacto inicial, la cosa tenía su gracia. Y no fue lo único que me llamó entonces la atención.

Servidor no tenía ubicado en mente el rostro de Anderson, ni mucho menos la forma extremadamente histriónica que se marcó para la actuación. Porque, decidme, pildoreros: ¿no es prácticamente un doble del actor Edu Soto, pero con melenas y barba?





Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.

sábado, 10 de abril de 2010

Das Model, Kraftwerk, 1978


Durante la inauguración del negocio de mi hermana esta tarde, mi prima me comentaba con bastante guaseo que esta noche de sábado en Cubelles tenía lugar el evento cultural del año. Éste no era otro que -agarraos los machos- ¡un concierto de Paco Pil! ¡Sí, aquel sujeto que contribuyó a la mayor gloria de la historia de la música contemporánea con piezas sublimes como Viva la fiesta o la ínclita Johnny Techno-Ska.

La cosa tenía su coña, pues mi prima, durante los años de mayor éxito (que lo tuvo) de aquel individuo -junto a compadres como Ramírez o Chimo Bayo- no tenía aún edad para ir a la discoteca. Supongo que por eso lo veía con tan buen humor: si hubiera tenido que soportar aquel fenómeno musikal como quién esto escribe, seguramente su actitud ante el concierto del fulano en cuestión sería algo distinta. Probablemente hubiera ido armada al mismo.

Por lo demás, el atentado de la música mákina a los noventa tuvo, aunque no os lo creáis, unos inicios más que respetables, de la mano de la música electrónica nacida en los años setenta. Esta música tuvo un gran desarrollo especialmente en Alemania, y la punta de lanza de aquel nuevo sonido fue la banda Kraftwerk.

Formados nada menos que en 1970 con el nombre de Organisation -que enseguida cambiaron por el de Kraftwerk-, tuvieron que esperar a 1974 con su álbum Autobahn para obtener un primer éxito comercial. Cuatro años después, en 1978, lanzaron el que, posiblemente, es su LP más conocido, Die Mensch-Maschine, que incluía el que a la postre sería su mayor éxito musical, Das Model.


Y digo a la postre, porque este magnífico tema acabaría siendo un hit mundial cuatro años después. En 1981, para el single Computer Love, incluyeron en la cara B Das Model en una versión traducida al inglés. Los Dj's radiofónicos comenzaron a pinchar esta versión, y la discográfica reeditó el single original, pero en versión inglesa. Alcanzó el número uno en 1982. Es menester decir que se trata de uno de los temas más accesibles de escuchar del repertorio de la banda alemana; de hecho, mi padre lo recuerda perfectamente de por entonces. Y como, sinceramente, no veo al hombre en clave de arquetipo de fan de la música makinera o techno dura, los que no hayáis escuchado antes la canción, podéis estar tranquilos...

Kraftwerk – The Model (por Spotify, versión en inglés)



Letra de la Píldora y de la versión en inglés.

Hasta la próxima.

PS: por cierto, Mireia, niña, que tengas mucha suerte con tu nueva pelu... Besos!!!

viernes, 9 de abril de 2010

(Let's Go To) San Francisco, The Flower Pot Men, 1967

Hay canciones que te vienen de dos en dos, o aún de tres en tres. En muchas ocasiones, las asociaciamos entre sí en base a experiencias personales. Otras veces, es que la cosa cae por su propio peso. Es el caso de la Píldora de hoy.

En varias Píldoras anteriores nos hemos referido a 1967 como el de la eclosión del fenómeno hippy y el año del celebérrimo Verano del Amor, lleno de símbolos de paz, abigarradas túnicas y pelanas que harían las delicias de más de un barbero. Este fenómeno se dio a escala global, si bien en algunos lugares de forma mucho más intensa que en otros. Sin duda, en el que más, en la ciudad de San Francisco.

Y aquí entra la cuestión descrita al principio. Como cualquier fenómeno cultural en apogeo, la ciudad del Pacífico atrajo e inspiró a artistas de todo tipo. Así, en 1967, John Phillips, de The Mamas and The Papas había prestado un tema a su amigo Scott McKenzie, titulado precisamente San Francisco. Como ya sabréis, fue todo un hit mundial.

Poco más o menos a la vez, un grupo vocal británico, que recordaba en su estilo a The Beach Boys (de hecho, durante mucho tiempo creí que eran norteamericanos) se marcó otro hit, este más centrado en el mercado europeo. La letra era casi un calco de la de Scott McKenzie, ya que repetía una y otra vez las bondades de ir a San Francisco. En cuanto al título... bueno, tampoco se rompieron mucho los cascos. La llamaron exactamente igual, San Francisco, tan sólo que tuvieron que añadir un prólogo entre paréntesis. Al final la cosa quedó como un (Vamos a) San Francisco.

Es menester decir que aquí acababa la similitud entre ambos temas, ya que si el de McKenzie tenía un marcado carácter folk, el de The Flower Pot Men centraba todo su atractivo en unas complejas pero preciosistas armonías vocales.

Por cierto, que arriba decía que a veces los temas podían venir hasta de tres en tres. Durante el mismo 1967, Eric Burdon lanzaba un single titulado... San Franciscan Nights. El que no fue a la ciudad del Amor en el 67 desde luego no lo hizo por falta de publicidad...



The Flowerpot Men – Let’s Got To San Francisco (por Spotify)





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 8 de abril de 2010

Goodbye Stranger, Supertramp, 1979


Supertramp, hoy banda de culto para las grandes ocasiones, fue durante la segunda mitad de los setenta y comienzos de los ochenta una de las formaciones más exitosas de la escena musical del momento.

Sin duda, su gran año fue 1979. El 29 de marzo lanzaron el que, a la postre, sería su álbum más conocido de todos, Breakfast In America. Por entonces, ya llevaban años instalados en la fama, pero el impacto de aquel álbum sería demoledor. Acabaría vendiendo nada menos que 11 millones de copias en todo el mundo, de las que más de la mitad serían sólo en Estados Unidos.

Y no era de extrañar, a juzgar por la lista de singles que lo apoyaron: además del tema homónimo, incluía canciones como The Logical Song (posiblemente aún hoy la canción más conocida del grupo), Take The Long Way Home o -entre ellas- mi favorita, este Goodbye Stranger que traemos hoy a las Píldoras.

En otras ocasiones he comentado canciones sobre las que necesité hasta años para identificarlas. Sin embargo, con Goodbye Stranger, la historia fue diferente, porque... pasé, también años, equivocado. ¡Creía que era de los Bee Gees!

¿Que por qué? Bien, supongo que los que ya conocéis la canción entenderéis mi error... en cuanto a los que no, creo que enseguida lo comprenderéis...

Supertramp – Goodbye Stranger
(por Spotify)



Letra de la Píldora
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Hasta la próxima.